jueves, 9 de abril de 2015

La Discriminación Auditiva

POSEE El niño desde su gestación las capacidad auditiva Lo Que le posibilita la Relación con las Personas Que le Rodean y El Conocimiento de su Entorno. Los más pequeños Deben Oír, discriminar y unir el SIGNIFICADO con el lenguaje que oyen para que su mundo comience a tener una Identificación de lo gradualmente empiezan a percibir significados de Palabras y Combinaciones de Ellas. Todo los Proceso va un Llevar al Desarrollo del lenguaje verbal y Más tarde al desarrollo del lenguaje o por tanto, es vital para una correcta Evolución del lenguaje en general, Estimular y Mejorar en Edades Tempranas la discriminación auditiva. : Además, el escuchar Y por tanto el discriminar, potencia En El Niño Habilidades perceptivas, cognitivas y de Aprendizaje Como son: la articulación correcta del y discriminación de los Fonemas, la memoria auditiva, la capacidad de atención y concentración, Cualidades de gran Importancia Para Las Actividades Escolares y la Vida. Cotidiana Aquí dejo el OS de la ONU enlace de la ONU vídeo muy divertido Donde sí Trabaja la discriminación auditiva con sonidos de la casa y de la ciudad; espero os Que guste.




El primer contacto que el niño tiene con la institución educativa será en su ingreso en Educación Infantil (3 años). Todo ello provoca en el niño sensaciones variadas que aportan una situación y un contexto diferente en el que pierde su seguridad y su referente hasta ahora, mamá y/o papá.

Durante el periodo de adaptación el alumnado se irá ajustando a las necesidades que se demanda progresivamente y ello requiere la aceptación y aprendizaje tanto de contenidos puramente curriculares como de hábitos, pautas y prerrequisitos básicos para su correcto desarrollo cognitivo y lingüístico. En torno a estos requisitos del lenguaje se plantean diversas cuestiones; ¿se aprenden de forma natural? ¿es necesario guiar su aprendizaje?... además de una larga lista de interrogantes. Como modo de solventar y facilitar esta labor, se presentarán una serie de cuestiones prácticas para trabajar el aspecto concreto de la discriminación auditiva, hoy presente en la comunicación.

Diariamente, la mayoría de docentes de Educación Inicial, según la institución a la que pertenecen, se ven obligados a cumplir una programación pedagógica, la cual tiende a desarrollar en los alumnos distintas capacidades, así como brindarles contenidos, especialmente en las áreas de Matemáticas y Comunicación. Esto, muchas veces se hace sólo pensando a futuro, es decir con una mirada que apunta al siguiente nivel educativo (Primaria), descuidando el valioso momento en que el niño se encuentra y todas las habilidades que, con la pertinente estimulación, puede llegar a conseguir. Las vivencias en el campo artístico, por ejemplo, suelen ser descuidadas, dejando de permitir al niño pintar "porque se ensucia", evitando que se moje "porque se enferma", relegando el canto "por ser una pérdida de tiempo"...

El presente artículo se centra básicamente en las habilidades de discriminación auditiva que el niño requiere desarrollar de modo que su desempeño en el área Musical sea óptimo.

La Música es considerada una forma de expresión artística, la cual nos permite comunicarnos cuando las palabras no son suficientes. El acercamiento de los niños a la música debe ser siempre lúdico, ya que procurar enseñarles sin hablar el lenguaje del juego es vano y carente de significado para ellos.

Varios juegos infantiles de discriminación auditiva, los cuales tienen como fin entrenar el oído, de manera divertida, para proporcionar experiencias beneficiosas a nuestros pequeños:

  • Variar la voz, para prestarla a un títere o juguete; así, la voz que demos a una mariposa será distinta a la que demos a un oso (voz aguda/grave).
  • Susurrar cuando se nos muestra un objeto pequeño, hablar o cantar con normalidad cuando se nos muestra uno mediano, y gritar cuando se nos enseña uno grande; cambiará la intensidad o volumen de la voz de acuerdo al tamaño del objeto mostrado (voz débil/fuerte).
  • Juego del eco, en que el niño reproduce palabras o frases que el adulto dice, copiando la forma cómo fueron dichas.
  • Competencia de las vocales, en la que los niños deberán hacer un esfuerzo, uno a uno, por reproducir de modo prolongado las vocales que les son asignadas, siendo el ganador de la competencia quien logra sostener el sonido de la vocal correspondiente durante más segundos (sonidos largos/cortos).
  • Marchar o aplaudir siguiendo el pulso, acento o ritmo de una composición musical, permite al niño vincular los movimientos de su cuerpo a una determinada pieza musical, estando la coordinación motora gruesa inmersa en el proceso.




Existen canciones propicias para acompañar los momentos de relajación en el aula, así como los momentos de sueño, en el caso de los niños menores de dos años; algunas composiciones clásicas pueden cumplir este cometido exitosamente; se puede invitar a los niños a cerrar los ojos, mientras la pieza clásica está sonando e imaginar distintas escenas libremente, las cuales compartirán luego con sus compañeros, pudiendo comparar las imágenes que evocaron y también la emoción que la canción oída generó en ellos (tristeza, alegría, miedo...).

Todos los juegos y actividades descritos líneas arriba proporcionan a nuestros alumnos ventajas en el área Musical, siendo fáciles y rápidos de ejecutar, pudiendo ser realizados durante la mañana, entre la clase de Matemáticas y la de Comunicación, sin interferir con la programación diaria, pero brindando a los alumnos las opciones de desarrollo integral que como maestras sabemos que requieren.

Metodología para llevar acabo los contenidos marcados para este tipo de niño:
           
Todas las actividades de este bloque pueden realizarse con el conjunto de la clase o en pequeños grupos de 6 a 8 alumnos/ as.
Situación inicial: los niños estarán sentados y en disposición de escuchar. Siempre que sea posible, se dispondrá a los niños sentados sobre el suelo y en forma de círculo u óvalo.

La profesora debe estar muy atenta al nivel de concentración con que el grupo realiza la tarea, para cambiar de actividad tan pronto como observe los primeros síntomas de dispersión y cansancio.

Al principio, en las primeras actividades y cuando los niños no estén familiarizados con los sonidos que van a discriminar, se procuraré emitir los sonidos con cierta intensidad para progresivamente acostumbrar a los niños a percibir y discriminar sonidos débiles. 

La metodología general para el entrenamiento de la percepción auditiva será casi siempre similar. Se tratará, primero, de que los niños escuchen el sonido (ya sea aislado o en el contexto de una narración o juego dramático) para analizarlo, describirlo e identificarlo, y pasar después a comentar
la fuente que lo produce (objeto, persona...) y el ambiente o marco en que se da con más frecuencia (calle, campo...)

En los casos en que sea necesario se puede ayudar a los niños en sus realizaciones con apoyos visuales, bien porque el tipo de actividad lo requiere, bien porque el grupo muestra dificultad para comprender o realizar la tarea propuesta.

Las actividades con los ojos tapados solamente conviene realizarlas si los niños no manifiestan resistencia a ello. Algunos pueden tener miedo y sentir ansiedad, produciéndose el consiguiente bloqueo ante la actividad. En general, antes de los cinco años no conviene utilizar este recurso.
Se debe prestar especial atención a los niños que nunca, o muy pocas veces, participan de las actividades auditivas o que cometen frecuentes errores: puede tratarse de niños con algún déficit auditivo (consultar con la maestra de audición y lenguaje).




Actividades para el grupo- aula de 3 años. 
Realización, con toda la clase. Se explicará a los niños al comienzo de la jornada y se pondrá en práctica cuatro o cinco veces a lo largo de la mañana.
Desarrollo, se propone a los niños jugar al "sonido mágico". Es un sonido que tiene poder de hacer mandar callar, y siempre que lo oigan quiere decir silencio. Los niños tendrán que actuar en consecuencia: podrán seguir trabajando, pero estando callados y escuchando. Una vez que son capaces de guardar silencio, la profesora llamará su atención para que se fijen en la ausencia de ruidos, y les ayudará a observar los cambios y diferencias entre las situaciones antes y después de producirse el "sonido mágico": antes, mayor ruido, no pueden oír ciertos sonidos, mayores dificultades para trabajar...; después, se perciben sonidos que antes no se oían (respiración, viento...), hay mayor             tranquilidad...
Conviene elegir un sonido concreto: el de una campanilla, una palmada, un golpe sobre la mesa...), y no variarlo, para que los niños se acostumbren a él.

Hablar y callar: 
La finalidad de la actividad es desarrollar el autocontrol del niño de forma que sea capaz de, en un momento dado, cal ar y guardar silencio al oír un estímulo auditivo.
Los niños estarán sentados en su sitio habitual, sin hacer ninguna otra actividad. Pediremos a los niños que hablen entre ellos, en voz normal; pero a una señal dada (palmada, instrumento musical, orden verbal...) deberán callar inmediatamente. Repetir el ejercicio cuatro o cinco veces. Debemos exigir a los niños mayor rapidez de percepción sonora y el cumplimiento efectivo de la respuesta pedida: callar y guardar silencio. Se puede motivar a los niños presentando la actividad como un juego en el que "nos quedamos mudos", "se nos han acabado las pilas"...

Escuchar los sonidos de la clase:
Pedir a los niños que escuchen, con cierto silencio, los sonidos que se producen dentro de la clase, de forma natural. Escucharán durante varios segundos y después se comentará lo que han oído.
Después, la profesora producirá una serie de sonidos, mover una silla, golpear con una regla sobre la mesa, dejar caer un lápiz, abrir o cerrar la ventana, arrugar un papel, golpear con los nudillos sobre la mesa o la puerta, pasar hojas...





Escuchar los sonidos de la calle:
Pedir a los niños que escuchen, en silencio, los ruidos que hay en ese momento, fijando su atención en los sonidos que provienen de fuera de la clase. Luego se comentará qué ha escuchado cada uno.
Aprovecharemos para comentar con los alumnos cómo los sonidos nos informan de lo que sucede a nuestro alrededor, y nos aportan datos sobre el medio físico y social. 




Sensibilización a los distintos tonos de voz:
Propondremos a los niños un juego de adivinanzas. El profesor imita distintos tipos de voz (la voz de un niño, un señor, una anciana, etc...) y diversos tonos de voz, que expresan mandato, súplica, asombro, duda, etc. Los niños deben descubrir a quién corresponde el tipo de voz o qué quiere expresar cada voz determinada.
-Una vez que se ha realizado con éxito la actividad anterior y los niños están familiarizados con los  mensajes que implican los diferentes tonos de voz, pueden ser ellos solos los creadores del juegos. Improvisar una dramatización sencilla en torno a una situación familiar para el niño ( por ejemplo, un cumpleaños con asistencia de los abuelos, papas y hermanos, compra en el supermercado...)
Repartiremos los papeles entre los niños, insistiendo en la consigna de que su tono de voz deberá ser adecuado al personaje y situación que representa (adulto, niño, alegría, petición, pregunta...).




¿Qué otros sonidos hacemos con la garganta?
Además de la voz, el ser humano emite con su garganta otra gran cantidad de sonidos de significación diversa.
El profesor empezará presentando sonidos relativos a estados de ánimo: risas, llanto, suspiros; o a quejidos o lamentos; o sonidos relacionados con los catarros: toses-estornudos... Otros ejemplos de sonidos: Siseo, chistar, hipo, gárgaras, bostezos...
El profesor inventará una historia en la que sucesivamente vayan apareciendo la mayoría de los sonidos antes trabajados, y los niños deberán emitir el sonido correspondiente, a modo de dramatización.
Con los niños distribuidos en corro, con los ojos cerrados, el profesor designará a un niño para que emita un sonido, y los demás deberán identificarlo: tos, lloro, suspiro...
Ejemplo de narración en la que se incluyen y presentan diversos sonidos, en este caso producidos por el ser humano.




El enano Paquito.
En un bosque muy, muy lejano, vivía un enanito, que se l amaba Paquito. Se había construido una casita muy linda en el hueco que un pájaro carpintero había hecho para él. Todos sabéis que el pájaro carpintero hace agujeros en los árboles.
Todos los animales del bosque eran amiguitos suyos. Una preciosa mañana de primavera llamo a todos los animalitos y les dijo: -¡Je, je, je! Os he invitado a todos porque quiero enseñaros muchos ruidos que los enanitos sabemos hacer con nuestro propio cuerpo. Todos los animalitos se pusieron muy contentos y, pidiendo al enanito que empezara cuanto antes, se sentaron a su alrededor. El enano Poquito comenzó su exhibición:
Vosotros, como no tenéis manos, que sólo tenéis alitas o patas —y algunos, como tú, serpiente, ni eso, no podéis hacer estos ruidos. Por ejemplo, dar palmas, o tocar palillos, o golpearos los labios con los dedos. Todos los animalitos lo intentaban, pero, claro, era imposible. La paloma movía sus alitas, el mono trataba de aplaudir, el león no podía ni llevar su zarpa a la boca. Contentos y orgullosos de la habilidad de su amiguito, el enano Poquito, le pidieron que hiciera algo con los piececillos. El enano Poquito, muy ufano, comenzó a caminar y luego a correr. Los ruidos que el enanito hacia, volvían locos de contento a todos los animalitos.
Bueno, bueno! ¿Queréis que haga ahora algo con la garganta?... Todos a una contestaron que sí. Que no se aburrían, que todo era muy divertido. El enanito Paquito se sentía cada vez más orgulloso y comenzó a reír, a toser y a carraspear. Con la boca y la nariz les enserio a soplar, a suspirar, a chistar, a silbar y a bostezar.
Todos estaban muy contentos. El enano Poquito no cabía en sí de gozo. Le aplaudían, estaban como locos de alegría. Pero, de pronto, el más orgulloso de todos los amiguitos, el señor León, dijo al enanito:
Poquito, y con los ojos, ¿no sabes hacer cositas?
Todos quedaron expectantes. El enano se quedó pensativo. Pero como se creía muy listo, contestó:
¡Ya estoy! Claro que sí. Puedo llorar. Y el enanito se puso a l orar, -¿Que os ha parecido?
Pero, ¡oh, sorpresa! La alegría de sus amiguitos se había convertido en tristeza, y empezaron todos a desfilar, tratando de dejarle solo. La tristeza y el llanto no les gusta a los animales. Ante la posibilidad de quedarse solo, el no Paquita comenzó a reír y a reír.
¡Volved!, ¡Volved! Ya no lloraré más. ¡Venid conmigo! No me dejéis solo.
Y así fue. Todos los animalitos volvieron a jugar con Poquito, nunca, nunca más, volvió el enanito a llorar.
Las manos y los pies también hablan:
Pondremos a la clase en corro o con los alumnos dispuestos en dos hileras enfrentados cara a cara.
Comentar con los niños como con nuestro cuerpo podemos emitir muchos sonidos. Al igual que no hay dos voces iguales, no hay dos pares de manos o dos pares de pies que produzcan el mismo sonido. El profesor mostrará cómo es el ruido que hace con los pies al andar. Se desplazará por la clase, variando la intensidad de las pisadas y llamando la atención de los niños sobre los sonidos que se producen.
A continuación invitar a los niños que escuchen el sonido de las palmadas y observen las diferencias con el sonido de las pisadas. Haremos que los niños anden por la clase y den palmadas. Les propondremos que con los ojos cerrados deben descubrir de quien son las palmadas o pisadas que oirán a continuación (si del profesor o de un compañero elegido para jugar). En una primera fase, hacer hincapié en la correcta diferenciación entre palmadas y pisadas.

Cuando este objetivo este logrado, y con niños de cinco años, afinar en la identificación de cada uno de los emisores.

Acá le dejamos unos videos de ejercicios.








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